Solo en 10 de las 32 universidades dominicanas se investiga
La República Dominicana ha dado buenos pasos en la investigación a nivel superior. Sin embargo, aún hace falta más esfuerzo e interés, tanto del sector docente como privado, para promover una cultura científica.
En el país hay 48 instituciones de estudios superiores; 32 están en la categoría de universidades. De estas últimas, no más de 10 (31%) cuentan con departamentos formales de investigación, asegura el viceministro de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, Diógenes Aybar, al basarse en la cantidad que concursa para el Fondocyt desde su establecimiento en 2005.
«Quisiera que todas hicieran investigaciones; si no hacen investigaciones es porque no son universidades en el sentido estricto de la palabra», dice Aybar.
Uno de los parámetros tomados por los rankings internacionales de las mejores universidades, son las investigaciones científicas y los recursos destinados para estos fines. En los más recientes, ninguna academia criolla aparece.
Según informaciones suministradas a DL por el Fondo Nacional de Innovación y Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondocyt) del Ministerio de Educación Superior Ciencia y Tecnología (Mescyt), de 2005 a 2011 se han financiado más de RD$608 millones para proyectos de 25 instituciones, 10 de ellas universidades. «Esas universidades tienen un departamento (de investigación), porque lo exigimos nosotros, o vicerrectoría de investigación», destaca Aybar.
Las propuestas para este 2012 aún se evalúan. Hasta 2011, las academias habían sometido 82 proyectos financiados con RD$326,381,246. La estatal Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) es la que más ha presentado, recibiendo aprobación para 26 y financiamiento por RD$106,754,223.
Las otras participantes han sido las universidades Pontificia Católica Madre y Maestra (PUCMM), Central del Este (UCE), Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), Acción Pro Educación y Cultura (UNAPEC), Nacional Evangélica (UNEV), Iberoamericana (UNIBE) y Tecnológica de Santiago (UTESA), y los institutos Superior de Agricultura (ISA) y Tecnológico de Santo Domingo (INTEC).
La mayoría de los proyectos son de Ciencias Básicas, Medio Ambiente, Biotecnología y Salud.
El Mescyt apuesta de manera especial a los iniciados en 2007 y 2008 por la PUCMM: «Membranas de nanotubos de carbono para la nanofiltración y desalinización del agua» (RD$8.9 millones de Fondocyt) y «Elaboración de capas de diamantes nanocristalinos a baja temperatura» (un primero por RD$4,699,424 y otro por RD$8.9 millones). Aunque se consideran costosos, la cartera espera que la inversión dé frutos al entender que podrían traer patentes importantes con el uso de la nanotecnología.
«Una investigación, que a lo mejor nosotros financiemos con 10 millones de pesos, puede dar resultado de una patente que le dé 100 millones de dólares a la universidad. Si una investigación genera ganancia económica, el Estado sólo pide el 1% de esa ganancia», explica Aybar.
El INTEC también desarrolla desde 2009 un proyecto a base de nanotecnología para la producción de baterías recargables de ion-litio, para el que el Fondocyt aprobó una partida de RD$11.4 millones.
Aybar señala que las universidades que investigan están generado conocimiento, «pero todavía a un nivel muy bajo». «Pero esos pininos hay que saludarlos. Se ha avanzado demasiado, el problema es que cuando tú partes de cero, demasiado es poco comparado con el que tiene cien años», agrega.
Investigadores consultados aseguran que emprender un proyecto en el país tiene la barrera de que aún no existe un vínculo sustancioso entre el sector privado y las universidades, en el sentido de que pocas empresas usan las academias superiores para realizar estudios que redunden en el desarrollo de un producto o marca.
¿Por qué no se investiga más? Se le preguntó a la física Edith Paulino, de la UASD, quien trabaja desde el 2007 en un proyecto de generación de energía a base de las olas marinas. «La conciencia existe, lo que pasa es que tú tienes que hacer tanto esfuerzo que te desgastas. Tienes que estar muy enamorado, muy convencido de lo que estás haciendo para dedicarte a ser el agente vendedor, publicitario e investigador del proyecto», responde.
¿Cuáles son las áreas prioritarias? «Las áreas prioritarias que son necesarias en la actual etapa de desarrollo de República Dominicana son las agropecuarias y agroindustrial (con énfasis en las biotecnologías); la de salud, incluyendo biomédica y farmacéutica», responde Aybar.
Cita que en biodiversidad, el Mescyt ha identificado que se necesitan más investigaciones sobre la dinámica de la interacción de las especies para determinar cómo conservar y explotar la flora. En biotecnología, se requieren más proyectos para la solución de problemas médicos.
Hasta la creación del Fondocyt, el poco incentivo estatal para investigaciones generó -y todavía sucede- que científicos criollos formados en el extranjero optaran por quedarse en el país donde estudiaron para desarrollar allá sus trabajos. Aybar se pone como ejemplo, al recordar que pasó 15 años en el extranjero cuando se formó como científico. Pero, tras el incentivo que representa el Fondocyt, ha sucedido que extranjeros compiten para venir a República Dominicana.
Aybar concluye que «ningún país es económicamente sostenible sin el desarrollo de la ciencia y tecnología».
Metas: patentes, vinculación de estudiantes y aportes a la salud
La UASD busca dos patentes con los proyectos «Búsqueda de moléculas con propiedades antibióticas y anticancerígenas en plantas endémicas dominicanas de la familia Asteraceae» y «Diseño y construcción de un dispositivo para producción de energía por olas, pulso-propulsor». Son 52 los proyectos que actualmente tiene en ejecución, mientras que para la convocatoria del Fondocyt de este 2012 presentó 17.
La universidad estatal cuenta con 173 investigadores, y unos 85 estudiantes asistentes de una matrícula nacional que alcanza los 180 mil. La minoría del personal está en la facultad de Educación, con uno, y la mayoría en la de Ciencias, con 36, siendo esta última la que más resultados de aplicabilidad arroja.
El vicerrector de Investigación y Postgrado, Francisco Vegazo, explica que la UASD se propone motivar a los estudiantes a que participen en las investigaciones científicas para llegar a 500 en dos años. Una forma es a través de un estipendio de RD$19 mil al mes, si es con fondos internos; si es con fondos externos, puede ascender hasta RD$25 mil, dependiendo del monto del proyecto. Entre 2011 y hasta marzo de 2012, la UASD pagó RD$42,594,105 al personal investigador. Vegazo recomienda a los estudiantes interesados en participar que pregunten en su facultad cuáles investigaciones se realizan.
El INTEC capta a estudiantes motivados por laboratorios con capacidad de hacer estudios e investigaciones y dar servicios a las empresas que lo soliciten -ya trabaja con 40-. En estos los alumnos tienen una participación importante como asistentes. Inclusive, tenerlos en los proyectos les suma puntos para que sus propuestas sean aprobadas por el Fondocyt.
En estudios de Ciencias Básicas y Ambientales, Ingeniería y Negocios, participa un 1% de la población estudiantil que es de unos 5 mil alumnos. La universidad dedica un 2% de su presupuesto interno para las investigaciones.
Además de nanotecnología, otras investigaciones en que está inmersa el Intec son: «Planta Piloto para la producción de biodiesel», «¿De dónde vienen nuestras ballenas?» y «Energías Alternativas segunda etapa: Optimización de refrigerador solar por absorción» (RD$6,783,850 del Fondocyt).
UNIBE apuesta a la salud, destacándose los estudios sobre enfermedades tropicales, con enfoque en Barahona; acerca de la prevalencia del cáncer en el país y sobre el VIH II, un virus inmune a los medicamentos del VIH I y del que se han detectado varios casos en República Dominicana.
Otro estudio busca detectar si el paciente tiene tuberculosis o no en siete días. «La técnica que se utiliza en la actualidad en República Dominicana dura cuatro meses para detectar», explica la decana de Investigación, Yesilernis Peña. Ella estudia el impacto de la pigmentación en Latinoamérica. Se basa en la teoría de que los «latinos aparentemente pueden ser capaces de hacer diferenciaciones de estado muy fiable entre personas con muy sutiles diferencias ‘raciales’ fenotípicas».
Unos 40 estudiantes participan en las investigaciones como parte de una política de Unibe para fomentar la investigación científica entre los alumnos. FUENTE DIARIOLIBRE.COM.DO