El vendaval que enfrentará el nuevo presidente de México
Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), se impuso en los comicios presidenciales mexicanos con cerca del 38% de los votos, según más del 90% de los escrutinios.
El virtual presidente electo asumirá el cargo en diciembre después de lo cual deberá enfrentar una larga lista de problemas. Entre ellos el más urgente es el de la inseguridad.
México afronta el mayor brote de violencia vinculado al narcotráfico. El gobierno del presidente saliente Felipe Calderón dice que, debido a la escalada de violencia en 2006, no tuvo más alternativa que lidiar con el asunto echando mano del ejército.
No obstante, su gobierno destacó que México goza de una tasa de homicidios inferior a la de muchos otros países de la región, incluyendo a Venezuela, Honduras y Brasil.
Pero el grado de brutalidad de la violencia en México lo diferencia de cualquier otra nación lationamericana.
Tan sólo este año tuvieron lugar varias masacres con decenas de cadáveres mutilados. Muchos de los cuerpos fueron hallados colgando de puentes y sus cabezas seccionadas abandonadas frente a edificios públicos dentro de heladeras portátiles. Macabros eventos con el fin de extender el miedo entre la población local.
Redes criminales
Algunas bandas han evolucionado en vastas redes criminales. Especialmente en el caso de Los Zetas que, originalmente conformada por personal militar de México y Guatemala, hoy controla franjas del noroeste del país.
El otro gran grupo es el cartel de Sinaloa, liderado por Joaquín «Chapo» Guzmán, el narcotraficante más buscado del mundo.
Lidiar con estos carteles supone un reto enorme para el nuevo presidente. El nuevo gobierno tendrá que decidir pronto si continuar con la estrategia militar o probar una nueva táctica.
La experta en seguridad Ana María Salazar considera que negociar con las redes criminales no es una opción.
«La fuerza de estas organizaciones lo hace imposible… ‘negociable’ significa que la ruptura de un acuerdo debe acarrear consecuencias. Y esto significa que el gobierno tendrá que ser más violento que los carteles. La idea de un pacto es desagradable y lo considero imposible».
El próximo presidente tendrá también que presionar más a Estados Unidos para reducir la demanda de drogas de este país, así como controlar el flujo de armas hacia México.
La lucha contra el crimen organizado va a ser sin duda una tarea dantesca y la impunidad es todavía un enorme problema, ya que se estima que el 97% de los asesinatos vinculados al narcotráfico quedan impunes.
Economía
Gerardo Esquivel, consejero del Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), identifica tres puntos clave.
«El primero es restablecer el crecimiento económico de forma sostenible y a un mayor nivel. Después combatir la pobreza, donde hemos visto resultados muy pobres en los últimos años, y tercero, generar mayores oportunidades de empleo, particularmente entre los jóvenes».
Sergio Martin, economista en jefe de HSBC en México, afirma que la tasa de crecimiento mexicano para 2012, entre el 3% y el 4%, es saludable, especialmente cuando se compara con Estados Unidos y la mayor parte de Europa.
Pero Esquivel considera que la tasa de crecimiento esconde una realidad económica más preocupante.
«Si tenemos en cuenta que la economía cayó fuertemente en 2009, que nuestra recuperación involucró muy poco empleo formal y que muchos de los puestos creados contaron con salarios inferiores a la media, la perspectiva es un poco más crítica», expresó a la BBC.
Otro tema espinoso es la posible privatización de la empresa estatal de energía Pemex. Esta medida representa decenas de miles de millones de dólares para el gobierno mexicano, incluso si se privatizara parcialmente.
Sin embargo, la Constitución mexicana protege el control público de Pemex, por lo que cualquier maniobra para dejarla en manos privadas enfrentará duras trabas en el congreso.
Corrupción
El gobierno actual intentó introducir nuevas medidas anti-corrupción, incluyendo una campaña de concienciación pública y el recorte de ciertos organismos del gobierno.
No obstante, los debates televisivos que tuvieron lugar durante la campaña presidencial destacaron que el estigma de la corrupción sigue dominando el discurso político en México.
Los cuatro candidatos han sido vinculados en algún momento con posibles casos de corrupción. La lista de incluye desde escándalos políticos del pasado hasta vínculos familiares con personajes públicos de dudosa reputación.
«En el pacto fiscal existente en México, los gobernadores y alcaldes no tienen que dar explicaciones del dinero que reciben (del gobierno central)», explica Eric Magar, politólogo del Instituto Tecnológico Autónomo de Ciudad de México (ITAM).
Magar cree que atacar la corrupción es una cuestión de examinar el papel y autonomía de las autoridades locales y el estado.
«Se supone que los estados deben justificar cómo se usa su dinero, pero hay poco que el congreso pueda hacer para verificar realmente los reportes procedentes de cada estado. Así que eso te da un margen para usar esos fondos como quieras».
La guerra de las drogas ha complicado aún más el tema de la corrupción, dado que los narcotraficantes tienen recursos para comprar apoyo a voluntad, apuntó.
La corrupción está «arraigada en el sistema», con muchos corrompidos o corrompiendo.
Los carteles de la droga han infiltrado a la policía y los organismos judiciales de varios estados y muchos mexicanos tienen poca o ninguna confianza en las instituciones públicas como las fuerzas de seguridad.
«Es un gran problema», dice Magar, «es algo que requerirá mucha voluntad política para que cambie».
Monopolios
Los jóvenes de México salieron a las calles para manifestarse durante la campaña electoral con el fin de expresar su frustración por una sociedad que consideran elitista y unos medios monopolizados.
La campaña #yosoy132 empezó como una protesta estudiantil pero subió de tono en el último tramo de la campaña, generando comparaciones con el movimiento de indignados en España.
El principal foco de las protestas fue el PRI, partido que gobernó México durante la mayor parte del siglo XX.
Pero Magar sugiere que todos los partidos tendrían problemas a la hora de arrebatarle el control de las personas y familias más poderosas del país. Un ejemplo, señaló, es el hombre más rico del mundo Carlos Slim, y su imperio de telecomunicaciones.
«Para ir contra Slim necesitas una gran coalición. Tiene tanto poder e influencia en tantas áreas que necesitarías una coalición unida y muy fuerte, y aún así llevaría décadas».
En especial los dos grandes medios privados Televisa y TV Azteca, han sido objeto de la mayoría de críticas de los manifestantes.
Muchos en el movimiento #yosoy132 conocen los medios y dicen que no van a aceptar a ningún gobierno que ignore su petición de cambio.
Tejido social
La psicólogo social Andrómeda Valencia, cree que más que nunca hace falta reconstruir el tejido social en México.
Familias de varios estados viven bajo la amenaza de la violencia vinculada al narcotráfico, lo que ha tenido un efecto profundamente traumático entre la gente joven.
«Si permitimos, de algún modo, la violencia en nuestra casa, nuestro hogar, y luego salimos a la calle y vemos más violencia», dice, «es difícil que los los niños entiendan. Ellos te preguntan ¿Es normal?».
Seis años de enfrentamientos han destruido muchas comunidades y el éxodo hacia la relativamente tranquila Ciudad de México.
El gobierno ha instaurado algunas instituciones de apoyo a las comunidades afectadas y recientemente presentó un fondo de asistencia a las familias de las víctimas, pero se ha criticado que estos recursos son inaccesibles y burocráticos.
El proceso de fortalecer la cohesión social en México no está tan definida como, por ejemplo, la generación de empleo, pero es algo que muchos sociólogos consideran crucial.