Benedicto XVI oficia el sugestivo y antiguo rito de la Vigilia Pascual
Al rito asisten unas diez mil personas, una treintena de cardenales y decenas de obispos y sacerdotes.
La Vigilia Pascual o «Lucernario» es uno de los ritos más antiguos de la liturgia y se celebra en esta noche del Sábado Santo que San Agustín llamó «madre de todas las vigilias», en alusión a la espera de la Resurrección del Hijo de Dios.
La ceremonia comenzó en el atrio de la basílica vaticana, donde Benedicto XVI bendijo el fuego nuevo y encendió el Cirio Pascual, símbolo de Cristo, «Luz del Mundo».
Benedicto XVI realizó con un punzón una incisión sobre el cirio pascual, grabando una cruz y la cifra del año 2012, y pronunció en latín: «Christus heri et hodie, Principium et Finis, Alpha et Omega, ipsius sunt tempora et saecula. Ipsi gloria et imperium per universa aeternitatis saecula» (Cristo ayer y hoy, principio y fin, alfa y omega. A Él pertenece el tiempo y los siglos, a Él la gloria y el poder por los siglos de los siglos).
Después comenzó la procesión hacia el altar mayor, en medio de una total oscuridad en el templo, iluminado poco a poco con las velas de las miles de personas que lo abarrotaban, que fueron encendidas una a una con la llama procedente del Cirio Pascual.
Benedicto XVI hizo el recorrido hasta el altar mayor en la peana móvil que utiliza desde hace unos meses para desplazarse por la basílica de San Pedro.
Una vez llegado al altar se encendieron todas las luces, que dejaron al descubierto las maravillas que encierra la basílica, y comenzó el canto del Exultet, o pregón pascual, un recorrido sintético de la historia de la salvación.
Tras la «liturgia de la luz» se celebrarán la de la palabra y la bautismal.
Siguiendo una tradición de la Iglesia primitiva, en la que los catecúmenos (adultos que aspiran al bautismo) eran bautizados en la noche de la Vigilia Pascual, Benedicto XVI, revestido con ornamentos blancos, administrará los tres sacramentos de la iniciación cristiana a los ocho catecúmenos adultos.
Se trata de tres hombres y cinco mujeres, de edades comprendidas entre los 23 y 46 años.
Durante la misa se usaron los idiomas español, italiano, francés, inglés, alemán y latín.